jueves, 21 de abril de 2011

JUEVES SANTO: CONMEMORAMOS LA INSTITUCIÓN DEL SANTO SACRIFICIO DE LA MISA


DEL ENORME AMOR QUE JESUCRISTO NOS MANIFESTÓ AL  INSTITUIR LA SAGRADA EUCARISTÍA ANTES DE MORIR

     “Sabiendo Jesús que era llegada la hora que debía partir de este mundo al Padre, como hubiese amado a los suyos, que tenía en el mundo, los amó hasta el fin” (Jn. 23, 1). Sabiendo nuestro amantísimo Salvador en la última noche de su vida, que se acercaba el anhelado momento de padecer por amor al hombre, no consintió su corazón el dejarnos solos en este valle de lágrimas; de suerte que, para no separarse de nosotros por la ausencia de la muerte, quiso permanecer con nosotros en el Santísimo Sacramento del Altar, dándonos al mismo tiempo a entender que después de habernos dado este don infinito ya no le quedaba más que darnos para manifestarnos su amor.

   Extremó en beneficio de sus amigos, todas las fuerzas de su amor. “Jesucristo quiso por este medio como derramar sobre los hombres todos los tesoros y riquezas que su pecho atesoraba” (Concilio de Trento, Ses. XIII, c. 2).

   Santo Tomás de Aquino llamaba a la Eucaristía “Sacramento de amor”, San Bernardo “amor de los amores” y Santa María Magdalena de Pazzi, decía que después de comulgar puede pronunciar el alma aquellas palabras de Cristo: “Consummatum est”, todo está acabado; es decir: después de habérseme dado en la Comunión, Dios nada más tiene que darme.

   Dice San Dionisio Aeropagita que el amor aspira siempre a unirse con el objeto amado; y porque el alimento se convierte en sustancia del que lo come, por eso quiso Jesucristo convertirse en alimento, a fin de que en la Comunión viniésemos a ser con él una misma cosa. O como aclara San Cirilo de Alejandría “entre Jesús y el alma que comulga se obra tan estrecha unión, que Jesús está en ella y ella en Jesús”.

   “Oh, cuán admirable es tu amor, amadísimo Redentor mío y Jesús mío, pues a tanto llegó, que nos has querido incorporar a tu carne virginal, de suerte que tu corazón y el nuestro no formen más que un solo corazón”(San Lorenzo Justiniano)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.