lunes, 9 de enero de 2012

EL PURGATORIO: LUGAR DE LAS PENAS


   Siguiendo nuestro habitual esquema de piedad, basado en la Semana del Buen Cristiano, hoy lunes procuremos meditar en los sufrimientos de nuestras hermanas y amigas las Almas del Purgatorio. Aunque salvas, necesitan de nuestras oraciones, sacrificios y limosnas. Pero, ¿qué mejor caridad para con ellas que asistir con devoción al Santo Sacrificio de la Misa, ofreciendo el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor por su alivio y liberación?.

   Si la Misericordia del Señor tiene a bien salvarnos el día de nuestra muerte, seguramente no iremos al Paraíso sin haber pagado en el Purgatorio la pena merecida por nuestros pecados... una vez allí, ¿nos gustaría que nuestros familiares y amigos se olvidasen de nosotros?.

   ¿Qué haces tú -que esto lees, no por casualidad- por aquellos que amaste y que ya murieron?

*  *  *  *  *

   La Santa Iglesia nunca señaló el lugar del Purgatorio. Unos dicen que las Almas purgan sus pecados donde los cometieron; otros, que padecen en el mismo infierno; en el mismo cadáver de su cuerpo; en el centro de la tierra; lo que sabemos de cierto es que sufren tormentos horrorosos.


   Dios pone a las almas en estos tormentos no para aniquilarlas, sino para que se purifiquen y puedan luego ser trasladadas a las mansiones eternas del Cielo.


   Escuchemos a las Almas del Purgatorio: “Terrible es este lugar donde nos puso la Justicia de Dios y donde nos hace permanecer el olvido de nuestros familiares, que no se dignan mandarnos una súplica para que la Misericordia de Dios se apiade de nosotras.”

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