miércoles, 22 de febrero de 2012

MIÉRCOLES DE CENIZA



   Hoy es el principio de las penitencias cuaresmales, a semejanza de los cuarenta días de ayuno que Nuestro Señor practicó antes de comenzar su vida pública. La Santa Iglesia nos impresiona saludablemente imponiendo sobre nuestras cabezas la ceniza bendecida; nos recuerda que venimos del polvo y que nuestro cuerpo se deshará en ceniza después de la muerte.


   Para completar la lección sobre la nada de las glorias humanas, conviene saber que la ceniza de hoy se obtiene quemando los olivos, palmas y laureles bendecidos en el Domingo de Ramos del año anterior.


   Antiguamente, en el día de hoy, aquellos fieles que habían causado escándalo público, se postraban humildemente en tierra en presencia del resto de cristianos, cubriendo su cabeza con cenizas. Edificados por tal ejemplo de humilde arrepentimiento, muchos quisieron imitarles; al fin la Iglesia extendió esta imposición a los que quisieran; y esta práctica ha sustituido, a pesar de haber sido suprimida la penitencia pública que fue su origen ocasional.


LO QUE ENSEÑA EL CATECISMO TRADICIONAL
 SOBRE LA SANTA CUARESMA


39. ¿Por qué el primer día de Cuaresma se llama día de CENIZA? - El primer día de Cuaresma se llama día de Ceniza porque en este día pone la Iglesia sobre la cabeza de los fieles la sagrada Ceniza.


40. ¿Por qué la Iglesia impone la sagrada Ceniza al principio de la Cuaresma? - La Iglesia, al principio de la Cuaresma, acostumbra poner la sagrada Ceniza para recordarnos que somos compuestos de polvo y a polvo hemos de reducirnos con la muerte, y así nos humillemos y hagamos penitencia de nuestros pecados, mientras tenemos tiempo.


41. ¿Con qué disposiciones hemos de recibir la sagrada Ceniza? - Hemos de recibir la sagrada Ceniza con un corazón contrito y humillado, y con la santa resolución de pasar la Cuaresma en obras de penitencia.


42. ¿Qué hemos de hacer para pasar bien la Cuaresma según la mente de la Iglesia? - Para pasar bien la Cuaresma según la mente de la Iglesia hemos de hacer cuatro cosas: 1ª, guardar exactamente el ayuno y la abstinencia, y mortificarnos no sólo en las cosas ilícitas y peligrosas, sino también en cuanto podamos en las lícitas, como sería moderándonos en las recreaciones; 2ª, darnos a la oración y hacer limosnas y otras obras de cristiana piedad con el prójimo más que de ordinario, 3ª, oír la palabra de Dios, no ya por costumbre o curiosidad, sino con deseo de poner en práctica las verdades que se oyen; 4ª, andar con solicitud en prepararnos a la confesión para hacer más meritorio el ayuno y disponernos mejor a la Comunión pascual.


( CATECISMO MAYOR DEL PAPA SAN PÍO X  )

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