miércoles, 14 de agosto de 2013

EL PAPA QUE QUERÍA APÓSTOLES SEGLARES


Hallándose cierto día el Papa san Pío X entre un grupo de cardenales, les preguntó:

      -¿Qué os parece lo más urgente hoy para salvar a la sociedad?

      -Edificar escuelas-, contestó uno.

      -No-, replicó el Papa.

      -Multiplicar las iglesias-, añadió otro.

      -Tampoco.


      -Reclutar más clero-,
dijo un tercero.

      -Ni eso siquiera -repuso el Papa-. No. Lo más urgente ahora es tener en cada parroquia un núcleo de seglares virtuosos, y, al mismo tiempo, ilustrados, esforzados y verdaderos apóstoles.



El 11 de junio de 1905, el Santo Pontífice publicó un documento sobre la Acción Católica
 con el título Il Fermo Proposito
donde dice, entre otras cosas:

       Es amplísimo el campo de la acción católica, ya que nada de lo que directa o indirectamente se refiere a realizar la divina misión de la Iglesia queda fuera de él... 

      Sabéis muy bien, Venerables Hermanos, cuánta ayuda han prestado a la Iglesia esas milicias de católicos que se esfuerzan por unir todas sus energías vitales, para acabar por todos los medios legítimos, con la civilización anticristiana; para introducir de nuevo a Jesucristo en la familia, en la escuela y en la sociedad; para rehabilitar el principio de la autoridad humana como vicaria de la autoridad de Dios; para mirar solícitamente por los intereses del pueblo y, ante todo, de los obreros y campesinos.

      Infundir en los corazones de todos las verdades religiosas, única fuente del verdadero consuelo en medio de las miserias de la vida, enjugar sus lágrimas, aliviar sus penas, esforzándose por mejorar su situación económica con oportunos remedios, procurando que reine la justicia en las leyes públicas, que se cambien o supriman las injustas; en una palabra: luchan con verdadero espíritu católico por defender en todo los derechos de Dios y los no menos sagrados de la Iglesia... 




      Este Santo Pontífice siempre entendió que la buena formación del clero y por ende de los seglares, eran el mejor remedio contra los males que amenazaban -y amenazan aún- a la Santa Iglesia Católica.

      Seamos pues buenos católicos y hagamos apostolado: apostolado con nuestras palabras, con nuestras acciones y sobre todo, con el buen ejemplo, sin complejos ni respetos humanos.

      Un ejemplo práctico: Hacer la señal de la Cruz al pasar por delante de una iglesia o un cementerio, al tiempo que hacemos mentalmente una Comunión Espiritual o rezamos por las Almas de los que reposan en aquél cementerio, no sólo puede servirnos de provecho espiritual a nosotros, sino que es un gesto piadoso que edifica y anima a quien nos contempla hacerlo con naturalidad y devoción. Si algunos se ríen o nos tachan de "beatos", o incluso "fariseos", peor para ellos ... "la locura de Dios es más sabia que la sabiduría de los hombres (I Cor. 1, 25)"


      Otra manera muy sencilla de hacer apostolado, es compartir buenas lecturas; internet está lleno de podredumbre, es cierto, pero a Dios gracias, existen buenos sitios como los que tengo enlazados en este rinconcito de "Como ovejas sin Pastor". De allí  -y de aquí- podemos extractar lecturas espirituales, meditaciones, oraciones, historia religiosa... tesoros de la Fe Católica que me atrevería a decir estamos obligados a compartir -porque así lo exigen las obras de misericordia- con el hermano que no sabe o anda equivocado.

      Te invito una vez más a que seas APÓSTOL y empieces desde ya a predicar la alegría y la seguridad del Evangelio, como hijo fiel de la Santa Iglesia. Quizás este pequeño artículo, podría ser el primero de muchos que compartas con los tuyos.

      Todo sea para mayor Gloria de Dios y de la Gloriosa Virgen María

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