jueves, 13 de marzo de 2014

COLOQUIOS CON JESÚS SACRAMENTADO


Coloquios del Discípulo con Jesús Sacramentado 
Por el Beato Tomás de Kempis 

          Dulcísimo y amorosísimo Señor, a quien ahora mismo deseo recibir con mucha devoción, tu conoces mi debilidad y la miseria que me aflige (...) Tú sabes cuáles son los bienes que más necesito y cuán falto ando en todas las virtudes. (...) 

          Eleva mi corazón hacia el cielo, hacia ti, y no dejes que me pierda vagando sobre esta tierra. Sé tú solo, desde este momento y para siempre, mi única dulzura (...)



          Ojalá pudiera quemarme totalmente en tu presencia, consumirme y transformarme en ti, de suerte que sea un solo espíritu contigo por la gracia que produce esa unión íntima y por la efusión que causa el amor ardiente.

          No permitas que me separe de ti en ayunas y árido, usa conmigo misericordia como tantas veces demostraste de un modo tan portentoso con los santos.

          Siendo tú un fuego que siempre arde y nunca se extingue, un amor que purifica los corazones y alumbra las inteligencias, ¡qué maravilloso sería que al acercarme a ti me quemase enteramente en tu fuego y dejara de ser yo mismo para transformarme en ti!"

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